Frédéric Boucheron fundador en 1858 de la marca que llevaría su nombre, abrió una joyería en la Place Vendôme, y cuentan que Monsieur Boucheron eligió un local que estuviera ubicado en la zona más soleada para que los diamantes del escaparate brillaran más. Pasado un tiempo pensó que en el mercado de los perfumes tendría un gran éxito, por ello en 1988 sacaron su primera fragancia. La firma pretendía conseguir que la mujer viera en su perfume un aliado para alcanzar una sensualidad moderna. Cuidan tanto la confección de sus perfumes que éstos, de alguna manera, llegan a convertirse en joyas.